domingo, 23 de septiembre de 2007

Hacha

Me despierto súbitamente,
enseguida las fuerzas abandonan mi cuerpo abatido;
Siento que desvarío y floto;
se me nubla la vista al instante.
Solo distingo las moscas,
que vuelan indecisas
sobre la mesa y los cubiletes de hielo derretido.

El adormecimiento de mi alma
es similar a mil azotes,
mi cabeza contra el asfalto
mis labios piden tregua,
mi garganta paz.
En vano trato de incorporarme
cierro los ojos y callo…
miro a la nada y escucho el silencio...
es terrible
me ciega tanto que me arden los ojos,
es tan estruendoso que me duelen hasta los dientes.

Me puedo ver cayendo,
poco a poco, más y más,
por un denso y desagradable sentimiento
como si mi corazón quebrantado
se alojara en mi estomago y llorara sin clemencia.

Fragmentos indescifrables de memorias pasadas
vuelven raudaces hasta mi ya malograda mente.
Recuerdo: las llaves de la casa, la luz prendida,
una mirada al cielo, un vaso, hedor a colonia barata,
lamentos estruendosos tipo bailables,
cuerpos chocando en un oleaje acompasado.
Vuelven como rayos de luz
y no distingo cual es recuerdo y cual es imaginación…


1 comentario:

Anta dijo...

tambien se puede conocer como C-A-Ñ-A-