en un pequeño hospital provincial.
Su única identidad son los cuadernos que llevaba
con versos y flores disecadas
de quién sabe que lugar
Todo el hospital ha oido sus palabras
guardadas en ese cuaderno que descanza en el desván.
pero él, el poeta herido,
no emite sonido el no puede hablar.
sólo esta detenido sobre la cama
con los ojos pegados en el techo
contando los segundos que faltan para realmente descansar
un dia soleado
un pequeño temblor
y el tan deseado final.
sus palabras no se olvidaran

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